Trato mu cercano y amable El edificio y las habitaciones espléndidas Para repetir , cocina casera y generosa Muchas gracias

Antes de nada, muchísimas gracias por todo a Elvira, Manuel y Mario. Como propietarios han estado pendientes de nosotras desde el minuto cero. Elegimos ese hotel a raíz del programa del Outono Gastronómico 2023. Llegamos a partir de las 21.00 horas y ya estaba Elvira al 100%, nos dio la bienvenida y nos informó sobre nuestra habitación, también nos preguntó por nuestro horario de desayuno y comida, y nos sugirió zonas de playas y sendas para visitar. Nuestra habitación estaba calentitas cuando entramos, y también el baño, incluso de la noche para la mañana. El desayuno, lógicamente, no se compara al de las grandes cadenas hoteleras, pero no faltaron churros, torrijas, croissants, pan de barra recién caliente, pan de molde, infusiones, café, mermeladas, tomate con aceite, jamón cocido, jamón serrano y queso, zumo de naranja, fruta fresca y miel. La comida insuperable: productos de cercanía, algunos cosechados por ellos, como las fresas y calabazas. Elvira es una cocinera de diez, y se preocupa de que todo esté a tu gusto, así como Manuel y Mario. Además su hotel es pet friendly y tu mascota tiene espacio para disfrutar. A mayores puedes disfrutar de la iniciativa "Menú degustación meses del marisco con R. Yo estoy preparada para volver, porque en el Hotel Mar de Queo además de desconectar te sientes como en casa. Espero estar de vuelta por ahí más pronto que tarde.

Sencillo y familiar. Dormí fenomenal

Sitio tranquilo y cuidado me gusto mucho

Estuve con mi padre unos días y mos sentimos como en casa. Tanto los dueños como el personal fueron muy familiares, amables. El lugar es muy bonito, tranquilo y se respira paz. Nos encantó y cuando podamos volveremos sin lugar a dudas.

Hotel tranquilo y acogedor. La familia encantadora. Relación calidad/precio justa. Desayuno muy completo. El perrito muy simpatico. Recomendable.

Preciosa casona bien acondicionada y regida por una familia muy amable. Aunque en el interior hay ascensor, el gran tramo de escaleras hasta la entrada puede ser un gran reto, pues no hay rampa. Los espejos de algunas habitaciones están tan altos que no puedes verte en ellos si eres bajito, claro. Situado en un precioso paraje, muy tranquilo y de interior, pero alejado de las zonas con servicios.

Es un sitio muy agradable, en una ubicación muy tranquila y bonita. La casa está muy cuidada, limpia y con mucho detalle en la decoración. La atención muy buena. Esta cerca de la playa (muy buenas playas por la zona). Relación calidad-precio excelente.